Al Gore, exvicepresidente de Estados Unidos y Premio Nobel de la Paz, levantó su voz al recibir el Premio Madre Tierra de Cambio16. Reafirmó que la lucha contra el cambio climático no admite más demora y precisa de la acción urgente y decidida de todos los actores de la sociedad global.
Y estas acciones van desde el ciudadano, con el enorme potencial de su capacidad de decisión a la hora de consumir –un voto inapelable que atenaza a las empresas que se resisten a cambiar su modelo de producción–, hasta los gobiernos, reticentes a aceptar las exigencias que se derivan de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en el proceso de descarbonización y transición hacia una economía circular y energías limpias.
Durante la entrega de ese importante reconocimiento por parte de nuestro CEO y editor, Jorge Neri, recalcó Al Gore que es ahora “cuando tenemos las herramientas necesarias para poner freno al calentamiento global y, en consecuencia, debe ser esta generación la que asuma la responsabilidad y el compromiso ético y moral de recuperar la biodiversidad de los ecosistemas”.
“La siguiente generación también dispondrá de estas mismas herramientas, pero ya no tendrá tiempo para actuar. Será tarde para el planeta y para todos sus habitantes, que no necesitarán ya cambiar su modelo de vida, porque sencillamente no habrá vida. No solo las energías son renovables; los políticos también. De modo que o forman parte de la solución o siguen siendo parte del problema y, entonces, hay que cambiarlos. Pero esto no es excusa para justificar la pasividad y procrastinación de los ciudadanos”, recuerda la más reciente edición de Cambio16.
Emergencia climática
En el prólogo del número 2.264 hay una profunda reflexión que tiene que ver con lo que cada uno de nosotros está haciendo por preservar el planeta. Está muy bien que exijamos a los políticos que declaren la emergencia climática, que impulsen infraestructuras sostenibles o que sancionen a los que contaminan, pero al final, frente al espejo del futuro del planeta, estaremos solos y deberemos responder por nuestros actos de forma individual.
Así nos lo demandarán nuestros hijos cuando nos pregunten: Y tú, ¿qué hiciste?
En la edición destacados especialistas profundizan en el tema en los trabajos sobre las consecuencias del estrés térmico y el impacto que tiene la pérdida irreparable de espacios naturales por la degradación de los suelos.
En este sentido, Íñigo Álvarez de Toledo afirma que “la regeneración de suelos degradados supone una gran esperanza para combatir los efectos del cambio climático”.
También la innovación tecnológica y las nuevas fuentes de energía pueden jugar un papel importante para regenerar la superficie terrestre y nuestros mares y océanos. El tiempo es finito: es hoy, ahora y aquí.
Lea más sobre este y otros contenidos en la edición 2.264 de Cambio16
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